Caso Soledad Bargna

A Soledad Bargna la mataron el 22 de mayo de 2009 en el departamento del barrio porteño de Caballito, en el que vivía con su familia. El asesino, un hombre condenado por violación que gozaba en ese momento de salidas transitorias, era un vecino del mismo edificio: la mató durante un ataque sexual. La apuñaló 26 veces, más que los años que la víctima tenía de vida.

Soledad Bargna, inolvidable y eterna: por su juventud floreciendo en su mirada inmensa, por la lucha imprescindible de su familia ante su vida arrebatada, por darle sentido al sinsentido. Elegimos la memoria sobre el olvido, la vida sobre la muerte, la lucha sobre la venganza, la justicia sobre la impunidad, en definitiva no pudimos elegir este dolor inobjetable y es por ello que, a pesar de lo irremediable, elegimos la trascendencia. Gracias a todos los que nos acompañan caminando a nuestro lado. Cada paso es un pequeño consuelo en el abismo de la ausencia y un cimiento del puente hacia la Argentina que anhelamos.


Soledad Bargna: La historia de un crimen anunciado y la firma del Juez Axel López

El nombre del juez Axel López ha estado por años en el centro de la controversia judicial argentina, siendo el máximo exponente de la llamada «puerta giratoria». Un artículo de Infobae del año 2014 profundizó en su historial, marcado por la liberación de criminales peligrosos que, una vez en la calle, volvieron a matar. Entre esos casos, uno resuena con particular tragedia e indignación: el de Soledad Bargna.

En mayo de 2009, Soledad Bargna, de 19 años, fue brutalmente asesinada de 26 puñaladas en el barrio de Caballito. El autor del crimen fue Pablo Marcelo Díaz, un violador que estaba en libertad gracias al beneficio de «salidas transitorias».

La firma que habilitó esas salidas fue la del Juez Nacional de Ejecución N°3, Axel López.

El artículo detalla que el juez defendió su accionar en este caso, argumentando que Díaz cumplía con los requisitos formales: tenía «conducta ejemplar y concepto muy bueno» según los informes del Servicio Penitenciario Federal. López, amparado en la burocracia, se excusó afirmando que él simplemente se había limitado a «aplicar Justicia».

Lo más escalofriante del caso es que el asesinato de Soledad ocurrió a solo tres cuadras de donde Díaz había cometido la violación por la cual estaba condenado.

A pesar del pedido de juicio político por parte de la familia Bargna, el Consejo de la Magistratura desestimó la acusación en 2012. En un fallo discutido, el organismo resolvió que López «había actuado bien» en la liberación del violador que se convertiría en femicida.

El caso de Soledad Bargna no fue un hecho aislado en el historial del juez. La nota de Infobae recuerda que López también otorgó la libertad condicional a Juan Ernesto Cabeza, condenado a 24 años por cuatro violaciones. Un mes después de salir, Cabeza asesinó a la joven Tatiana Kolodziez en Chaco, pese a que un dictamen del Cuerpo Médico Forense advertía sobre un «serio riesgo de reincidencia».

López también fue señalado por la liberación de Fructuoso Álvarez González, asesino de la familia de Matías Bagnato, y de Ernesto Gabriel López, asesino del esposo de Georgina Barbarossa.

Mientras el juez se defendía alegando que su juzgado estaba colapsado y que firmaba «más de 400 decretos» diarios sin poder leerlos todos, el artículo de 2014 denunciaba que su permanencia en el cargo se debía a «acuerdos de los jueces con el kirchnerismo» (el oficialismo de entonces) para «cajonear» el juicio político.

El caso de Soledad Bargna permanece así como un trágico emblema, no solo de la reincidencia criminal, sino de un sistema judicial que, en manos de funcionarios como López, falló en proteger a las víctimas.

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