Historia de Gianfranco Di Luciano

Gianfranco Di Luciano, conocido afectuosamente como «El Colo», tenía 20 años y un futuro prometedor. Oriundo del barrio de Parque Patricios, su vida giraba en torno a su familia, sus amigos y sus pasiones: el futsal, que practicaba en el Club Huracán desde los 3 años, y sus estudios de kinesiología. Trabajaba en una concesionaria de autos y estaba a punto de empezar un nuevo empleo como mozo. Su vida fue truncada de manera brutal y sin sentido la madrugada del 14 de abril de 2024, asesinado dentro de un boliche en San Justo, un hecho que dejó al descubierto no solo la violencia irracional, sino también las fallas de un sistema que permitió que un peligroso fugitivo actuara con total impunidad.

Esa noche, Gianfranco había acompañado a un amigo al boliche «Teatro Woodstock» en San Justo, partido de La Matanza. Dentro del local, un joven de 19 años llamado Yoel Taiel Tambussi, alias «Taielcito», generaba disturbios. Tambussi, que había reservado una mesa VIP, molestó al DJ para que pusiera su música y, en un acto de prepotencia, apagó su computadora.  

Pasadas las 5:30 de la mañana, la situación escaló fatalmente. Tambussi extrajo una pistola Bersa Thunder 9 milímetros con la numeración suprimida y, según se observa en filmaciones de celulares, disparó tres veces hacia el techo sin herir a nadie. Sin embargo, un cuarto disparo fue dirigido directamente hacia la pista de baile. La bala impactó en la frente de Gianfranco, quien cayó muerto en el acto. Tras los disparos, el caos se apoderó del lugar, y el amigo que acompañaba a Gianfranco huyó corriendo.  

La investigación posterior se vio enturbiada por el hallazgo de 23 dosis de cocaína y «tusi» en un bolsillo de la campera de la víctima. La familia de Gianfranco negó rotundamente que él estuviera involucrado en la venta de drogas, argumentando que estas pudieron haber sido «plantadas» en el tiempo que su cuerpo permaneció en el boliche ya cerrado, y apuntaron al amigo que lo acompañaba esa noche como posible responsable de la presencia de las sustancias.

La investigación policial avanzó rápidamente. Gracias a las cámaras de seguridad y testimonios, se identificó a Tambussi, quien huyó de la escena en un Ford Fiesta rojo junto a sus cómplices. Sorprendentemente, en lugar de esconderse, Tambussi se dirigió a otra fiesta clandestina en el barrio Almafuerte (ex Villa Palito), donde finalmente fue localizado y detenido tras una persecución y un tiroteo. Al momento de su captura, se le secuestró la pistola Bersa Thunder utilizada en el crimen y se descubrió que se movilizaba en una moto KTM Duke 250 robada.

Una pericia balística resultó clave: confirmó que las vainas servidas encontradas en el boliche correspondían al arma de Tambussi, vinculándolo de manera irrefutable con el asesinato. Junto a él actuaba un cómplice de 17 años, quien se entregó a las autoridades días después.

El caso de Gianfranco expone una grave falla sistémica. Al momento de cometer el crimen, Yoel Taiel Tambussi no era un delincuente desconocido; era un prófugo de la justicia, buscado por su participación en el homicidio del jubilado Rafael Pardo, de 83 años, ocurrido en Ramos Mejía. El hecho de que un individuo con pedido de captura por homicidio pudiera circular libremente, armado y asistiendo a fiestas, evidencia una alarmante incapacidad del sistema para proteger a la ciudadanía de criminales de alta peligrosidad. La muerte de Gianfranco no fue solo un acto de violencia individual, sino la consecuencia directa de esta impunidad preexistente.

Como resultado de los procesos judiciales, el cómplice menor de edad fue condenado a cinco años de prisión domiciliaria, mientras que Tambussi se encuentra detenido en Campana, enfrentando cargos por ambos homicidios.

Usina de Justicia mantiene un diálogo con el padre de la víctima y difunde en redes su pedido de Justicia. También recordamos a la víctima en nuestra “Campaña 2025 por la baja de edad de imputabilidad”, en virtud de que uno de sus asesinos era menor al momento del hecho.  

Para un recuento detallado del caso, la investigación y el contexto del perpetrador, se recomienda el siguiente artículo: