«Yo soy la Juez del Derecho, Uds. de los hechos” . Pocas veces se puede condensar con tanta precisión la idea que pronunció, en esta fórmula, la magistrada a cargo del caso de Lino Villar Cataldo, el médico absuelto por un jurado popular. Y en los hechos se probó, retomando al ilustre Voltaire, que “los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más tarde o más temprano”, encarnada la Justicia esta vez en el sentido común de doce hombres y mujeres de a pie.
¿Cómo explicar esa disonancia cognitiva entre los operadores judiciales, por una parte, y la gente común, por otra? Se dice del derecho que es una “ficción jurídica”, pero dicha expresión encierra dos sentidos: puede ser interpretada como una ficción legal, esto es, una oración asertiva que no puede ser ni verdadera ni falsa o bien como una entidad jurídica fingida o ficticia.