Pablo Tonello era un joven ingeniero de 27 años.
Fue asesinado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en 30 de julio de 2014.
El crimen ocurrió en el barrio de Palermo, cuando Pablo estaba estacionado dentro de su auto. Fue abordado por delincuentes para robarle el vehículo y recibió un disparo fatal.
El caso generó conmoción por su brutalidad y por la impunidad, ya que durante años no hubo avances claros en la investigación.
Su familia ha sido activa reclamando justicia y visibilizando su caso como parte de organizaciones de víctimas de la inseguridad, como Usina de Justicia, que agrupa familiares de víctimas de homicidios no resueltos. Usina acompaño en el Juicio
- Investigación: El caso fue investigado por la Fiscalía Criminal de Instrucción 1, a cargo de Alicia Noemí Martín. Facundo Salas fue detenido el 15 de agosto de 2014 en Concordia, Entre Ríos, donde había huido tras el crimen.
- Juicio: En noviembre de 2016, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 11 de Buenos Aires condenó a Salas a prisión perpetua por «homicidio criminis causa» (matar para ocultar otro delito, en este caso, el robo). La sentencia fue confirmada por la Sala III de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional. El fiscal Carlos Giménez Bauer destacó que seis testigos identificaron a Salas y que actuó con «total desprecio por la vida».
- Testimonios clave: Nueve testigos, incluidos algunos contactados directamente por los padres de Pablo, fueron fundamentales para lograr la condena. La autopsia y la trayectoria de los disparos también respaldaron la acusación.
- Reacción familiar: Nora Hidalgo y Eduardo Tonello, padres de Pablo, expresaron alivio pero también profundo dolor tras la sentencia. Nora mencionó que la perpetua los «shockeó» y los hizo llorar, mientras que Eduardo destacó que el dolor por la pérdida es «perpetuo» y que su lucha era para ayudar a otras familias. Trágicamente, Eduardo falleció de un infarto en abril de 2018, a los 61 años, según allegados, afectado por el dolor del asesinato de su hijo.